Hoy viene el MINER que echa leche. Por un lado los periódicos provinciales anuncian a bombo y platillo otra pila de millones que el susodicho va a dejar caer por la comarca del Guadiato, de los que a Peñarroya Pueblonuevo le corresponden un buen montón, y por otro, en una página virtual leo que también va a ser financiado con estos fondos el nuevo puente de El Riíllo. O sea, que de aquí a poco tiempo seguirán llegando millones de euros, sí, millones, como hasta ahora han venido llegando por un tubo.
La pena es que este mogollón de millones llegan, se gastan (supongo) y seguimos como siempre, con algún que otro desconchón reparado, pero con la pata rota y cojeando cada vez más, como siempre.
El Subdelegado del Gobierno en Córdoba, como siempre, hace su espléndida rueda de prensa en la que comunica datos históricos del MINER en los que cifras y letras son rimbombantes a más no poder, cuestión que, también como siempre, apostilla con “y aquí se nota el esfuerzo y apoyo que este Gobierno demuestra con esa zona tan deprimida como es la Comarca del Guadiato”. Y es posible que el hombre lleve razón, al menos en una cosa: que la comarca está deprimida. Todos los años se convoca la misma rueda de prensa y la comarca sigue deprimida, desde que el MINER existe, con lo que los discursos solo se alteran en las cantidades invertidas hasta la fecha del último pronunciamiento de éstos.
Pero hay un ligero detalle que se escapa en estas publicaciones, (o se despista en los discursos), y es que también se debería decir qué ratio inversión/empleo produce este despliegue de medios económicos y en qué mejora la sociedad que conforma la comarca, que es a la postre para lo que se libran los fondos MINER, para conseguir generar empleo estable por la recesión que sobre éste ha provocado la minería del carbón obligada por directivas comunitarias. Este detallito fundamental es el que una y otra vez no se acaba de escuchar en estos discursos anuales y es lo que los que vivimos por aquí no solo queremos escuchar, sino que estamos ansiosos porque de verdad produzca los efectos paliativos en el empleo que de estos fondos se espera, y el futuro de esta tierra, de una vez y de verdad, inicie una curva ascendente y despegue.
La pena es que este mogollón de millones llegan, se gastan (supongo) y seguimos como siempre, con algún que otro desconchón reparado, pero con la pata rota y cojeando cada vez más, como siempre.
El Subdelegado del Gobierno en Córdoba, como siempre, hace su espléndida rueda de prensa en la que comunica datos históricos del MINER en los que cifras y letras son rimbombantes a más no poder, cuestión que, también como siempre, apostilla con “y aquí se nota el esfuerzo y apoyo que este Gobierno demuestra con esa zona tan deprimida como es la Comarca del Guadiato”. Y es posible que el hombre lleve razón, al menos en una cosa: que la comarca está deprimida. Todos los años se convoca la misma rueda de prensa y la comarca sigue deprimida, desde que el MINER existe, con lo que los discursos solo se alteran en las cantidades invertidas hasta la fecha del último pronunciamiento de éstos.
Pero hay un ligero detalle que se escapa en estas publicaciones, (o se despista en los discursos), y es que también se debería decir qué ratio inversión/empleo produce este despliegue de medios económicos y en qué mejora la sociedad que conforma la comarca, que es a la postre para lo que se libran los fondos MINER, para conseguir generar empleo estable por la recesión que sobre éste ha provocado la minería del carbón obligada por directivas comunitarias. Este detallito fundamental es el que una y otra vez no se acaba de escuchar en estos discursos anuales y es lo que los que vivimos por aquí no solo queremos escuchar, sino que estamos ansiosos porque de verdad produzca los efectos paliativos en el empleo que de estos fondos se espera, y el futuro de esta tierra, de una vez y de verdad, inicie una curva ascendente y despegue.