domingo, 5 de diciembre de 2010

Controladores Aéreos


Soy un privilegiado. Nací, me crié y he desarrollado toda mi vida en lo personal y en lo profesional en mi pueblo, pequeño, entrañable y minero por antonomasia, y por eso ligado y dependiente de lo que es la minería, donde se trabaja (o trabajaba) a 300, 400, 500 ó mil metros bajo tierra, todos los días, 280 días al año, para sacar un salario que permitiera que estos trabajadores, como personas que son, pudieran tener la oportunidad de pensar en casarse, tener hijos y, en definitiva, depender de un sueldo que propiciara “el privilegio” de ser independientes económicamente.
Insisto, soy minero… minero de los de arriba, que solo he bajado a la mina por cuestiones laborales, dos, tres o cuatro veces, y donde mi labor profesional, recogida en el mismo convenio que los “topos”, consistía en llevar los números que la empresa necesitaba para sacar conclusiones y hacer cumplir las legalidades contables y fiscales… pero soy minero. Mi abuelo, mi padre… y los ancestros de este mi pueblo, que han sido vecinos y compadres, eran mineros. Siete horas laborales de trabajo, insisto, a 300, 400, 500 y hasta mil metros bajo tierra… todos los días… 280 ó 300 días laborales al año… cinco días a la semana y, además, a turnos, mañana, día y noche, o “el mixto”, que era el apelativo coloquial con que se conocía a este último. Daba igual en el turno que trabajaras, si ahí abajo, en la mina, siempre era de noche, porque a esa profundidad solo era anhelado y deseable que al término de la jornada laboral pudieras de nuevo ver la luz del sol.
Y si enfermabas, te podías dar de baja. El médico te firmaba un papel que ponía que estabas, por ejemplo, silicótico, te dolía un pie, un dedo, un riñón, e incluso que tenías una recaída de un accidente anterior que te había dejado la mano, la pierna, el codo o la cabeza taladrada o machacada por un pedrusco que te cayó en un mal momento. Y en algunas ocasiones, porque además eras miembro de las brigadas de salvamento, dentro de tu jornada laboral incluida en esas mismas horas de trabajo, te formabas para ser “rescatador” de tus propios compañeros, que con cierta frecuencia se quedaban sepultados en la mina, y tenías que hacer “doblete” para que tu cuerpo, tu mente y tu persona estuviera preparada para el peor de los desastres, como era meterte en la devastación que un derrumbamiento o una explosión habían provocado para, valga la redundancia, rescatar a tus compañeros enterrados bajo esa mole de mineral que no solo no te permitía respirar, sino que además, ni siquiera te facultaba a ver o tener la percepción de donde estabas.
Insisto, soy minero, de los arriba, de los que no han tenido que hacer ésto que cuento todos los días, pero que he vivido estas circunstancias tan cercanas como que cuando lo estoy contando se me estiran los pellejos de miedo, pero por lo que también puedo relatar que estas personas, trabajadores como cualquiera, estaban en sus tajos, a su horas, cumpliendo con sus obligaciones, y siempre bajo las premisas de un convenio colectivo, bueno o malo, que les regulaba las relaciones laborales con su empresa. Privilegiados, al fin y al cabo.
Y por conocer privilegios, también conozco otros, en otros ámbitos laborales, porque por suerte para mí vivo con la mejor persona del mundo, con la que me he casado, y que puestos a contar “maravillas” como las que he referido de ser minero, ella es enfermera y depende también de un horario a turnos, guardias de emergencias de veinticuatro horas y además tiene todos los días como “clientes”, en la mayoría de ocasiones, a personas en un estado muy doloroso, con problemas de salud perpetuo, enfermos terminales, o simplemente con lo que en los entornos familiares se produce cuando uno de sus miembros está en cualquiera de las situaciones anteriores. Todos los días.
Y por seguir relatando cuestiones predilectas, también conozco y me relaciono con el panadero que me suministra el pan que fabrica todas las noches cuando los demás dormimos, al fontanero que hace que salga agua de los grifos, incluso estando a disposición pública si hay alguna avería a cualquier hora, al albañil que pone ladrillos y hace tejados con 40º a la sombra en verano, e incluso, y para redondear, hasta conozco gente que se dedica a algo tan “raro” como es dispensar medicamentos en las farmacias, de lunes a domingos y fiestas de guardar , así como al personal que limpia las calles, a un pescador que solo vuelve a su casa cada seis meses, al que conduce un autobús o un camión, al bombero, al labrador y, en definitiva, conozco a un montón de gente que por ser enormemente afortunados y favorecidos, se dedica a algo que a todos nos beneficia de alguna manera.
Y ayer, casualidades espontáneas que se producen, también he coincidido con el padre de un controlador aéreo, amigo mío, por cierto. Éstos “trabajadores”, según ellos y sus familiares, son todo lo contrario a contar con privilegios, es más, no solo no son exclusivos, sino que además es o parece ser lo peor que te puede ocurrir en la vida.


Por eso voy a entrar ya directamente al asunto: si la mujer, el hermano, el cuñado, el padre o el vecino del quinto de cualquier controlador aéreo es capaz de defender la barrabasada que han propiciado en nuestro país estos “trabajadores”, estresados, oprimidos, explotados, vilipendiados y, si me aprietan, hasta “dados por el culo” por la patronal tirana que les ha obligado inminentemente a tomar esta postura, invito a cualquiera de ellos a que visite mi pueblo… o el pueblo de al lado… o el pueblo del norte, del sur, del este y del oeste de nuestro vasto territorio, para que comparen su situación con la de los demás.
Porque no es de recibo que estos “menesterosos, indigentes, mendigos, pordioseros, asilados, limosneros, vagabundos, pobres, desdichados, desamparados, desatendidos e indefensos personajes”, tengan la desfachatez de presentarnos su postura laboral como si los demás fuésemos una “camada de mansos, estúpidos y sumisos borregos” , a sabiendas y a ultranza de la estratégica posición que ocupan en nuestra sociedad (importantísimos, pero no por ello imprescindibles), y que encima nos hagan sentir subordinados a sus canalladas, perversiones, deslealtades, maleficios, perfidias y, para más recochineo, a sus privilegios, los que gozan sin pudor alguno estos avenidos, amorfos y solo perceptibles en las muy frecuentes ocasiones en que se movilizan, o mejor dicho, se inmovilizan, para buscar su único y exclusivo beneficio, denominados “controladores aéreos”, y que recurrentemente son expresadas en épocas vacacionales.
Y a 300… 400… 500… ó mil metros bajo tierra, donde lo que te juegas es tu propia vida para sacar adelante a los tuyos, solo te queda el remedio y el recurso de acogerte a la leyes, las mismas leyes que nos hacen socialmente adaptables al entorno que hemos votado en democracia: si quieres ganar más salario o tener mejores condiciones laborales, se lo pides al jefe, y si no te lo da, lo negocias por convenio, y si incluso negociándolo sigues considerándolo no apropiado, insisto, acudes a “las leyes”… y te vas de huelga… un día… un mes… o lo que haga falta, pero lo que no haces es lo que han hecho estos impresentables, que es pasarse por el forro las leyes y pisar el pescuezo de los demás, humillándonos sin pudor alguno, para coger por los huevos a todo un país, con la única y exclusiva intención de reivindicar sus cuestiones laborales, y que independientemente de quien gobierne, lo que han dispuesto estos días estos descerebrados, privilegiados, prepotentes, dominadores, déspotas, intolerantes, avasalladores, tiranos y sectarios controladores aéreos, es algo tan sencillo como espeluznante, y que es creerse que son los dioses de la voluntad popular y además poner de manifiesto de manera solapada, sin dar la cara, sin ni siquiera creer que hay derecho a una explicación, que sin ellos la vida es imposible y que son capaces de destruir un gobierno, un país y lo que haga falta con solo tener pretensiones laborales. ¡Un país en boca del mundo entero y por donaire de 2000 o dos mil y pico estresados, paranoicos y destruidos psicológica, familiar, social y profesionalmente, que es como sus propios familiares los han definido y expresado abiertamente en diferentes medios!.
Y los demás nos lo tenemos que comer con patatas, o lo que es lo mismo, comprender que efectivamente dependemos de estas personas tan sociables y amistosas que, ¡por favor, cómo no se le ha ocurrido a nadie que deben ser ellos los que, sin presentarse ni siquiera a unas elecciones, no ya de un país, sino incluso de una Comunidad de Países, los que controlen al pueblo humilde, sumiso e incapaz de pensar por sí mismo, y sepamos quién nos tiene que administrar los recursos, las posibilidades y el propio planteamiento de futuro!.
Pues nada más que objetar, solo me queda decir que esta partida de seres, han puesto de manifiesto estos días sus miserias más íntimas, sus andrajos y sus harapos, con lo que queda patente el estatus que ocupan y que quieren ocupar en la sociedad.

sábado, 27 de noviembre de 2010

La Ceguera, La Justicia y el informe de Auditoria


Siempre se nos ha mostrado La Justicia a los ciudadanos (me repatea tener que emplear el término ciudadanos, porque es lo mismo que hacen los políticos para dirigirse a las personas, ¡como si ellos hubieran perdido ese estatus!) como una figura mítica, dogmática, que se representa con los ojos vendados simbolizando que es tan pura que no le hace falta ver para ejercer su tarea, puesto que es tan imparcial y perfecta que solo basta con su definición para comprender que el sentido de la vista está de sobras: “La justicia (del latín, Iustitia) es la concepción que cada época y civilización tiene acerca de la equidad y de la búsqueda del bien común. Es un valor determinado por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones”. He de añadir además que para que exista una regulada y controlada administración de ésta, La Justicia, también se establecen Códigos, que son elementos anexos y vinculados perennemente a ella, y que la sociedad también determina como norma para corregir y sancionar aquellas conductas que no cumplen las leyes establecidas.
Pues en este contexto es en el quiero manifestar esta reflexión, a colación del informe de auditoría que ha emitido la empresa Cefisa Auditores, S.L. respecto a determinadas partidas presupuestarias del Excelentísimo Ayuntamiento de Peñarroya Pueblonuevo durante los años 2005 a 2007. E insisto que lo hago en el contexto de “justicia” porque mi experiencia profesional me ha hecho comprender que en la empresa privada, cuando los informes de auditoría ponen de manifiesto que se va en contra de ley en determinadas actitudes contables o en comportamientos empresariales manifiestamente irresponsables, solo hay dos opciones:
1. Modificar y corregir estas prácticas y conductas ilícitas en un ámbito temporal no concluso de acuerdo a la legalidad vigente, o, como es el caso que relato,
2. Sufrir todo el peso de la ley y que sean éstas, las leyes, las que castiguen y sancionen lo que de manera expresa va en contra de lo convenido por la sociedad, o lo que es lo mismo, de lo que sale de lo legalmente establecido.
Pero como todo en esta vida, siempre hay un “pero”, y en el caso de la impartición de justicia para con las administraciones públicas, en este caso concreto, el de un Ayuntamiento, están por un lado las apreciaciones, los matices y si me aprietan, hasta el color, el olor y la percepción del alfabeto de aquel que la imparte, y que siempre, siempre son los jueces. Me explico: cuando hay una ley que se incumple, inmediatamente tiene que haber un recurso que lo sancione, pero no es el caso cuando es un Ayuntamiento, porque por arte de birli birloque, aquí La Justicia no es tan radical ni tan ciega. Me explico más aún: el informe de auditoría del Ayuntamiento de Peñarroya Pueblonuevo no pone de manifiesto ni uno, ni dos, ni tres… sino muchos, muchos incumplimientos de la ley, como queda expresamente ostensible en éste, pero mucho me temo que, o bien porque no hay una persona física a la que imputar, o porque este mismo hecho es práctica habitual en este tipo de instituciones y los jueces se lo pasan por el forro, el caso es que los ciudadanos (vuelvo al palabro) estamos vendidos ante esta sarta de actitudes ilegales.
Cuando estoy escribiendo ésto, también estoy expectante de cómo reaccionará la oposición en nuestro Ayuntamiento frente a estas ilegalidades puestas de manifiesto en este informe, y por eso lo hago público sin conocer si actuarán en consecuencia, a pesar de que presumo que incluso llevándolas a un juzgado para que imparta justicia, ésta, La Justicia, no solo no será ciega, sino que además tendrá la suficiente vista como para que el caso quede sobreseído, dilatado eternamente a lo largo de los tiempos, o lo que es lo mismo, impune.
Y los ciudadanos de las narices, seguiremos preguntando que quién es ese maravilloso oftalmólogo que atiende a la Diosa de la Venda en los Ojos cuando de un Ayuntamiento se trata, y que no nos asiste a nosotros cuando nos salimos de madre.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El Guadiato y la guerra de Corea


Hoy leo en la prensa provincial una noticia de ámbito local, que por lo candente de otras de rango internacional, casi me hace estremecer de susto y, por aproximación, pensar en mi estatus de “soldado en la reserva”. Me refiero al artículo firmado por el corresponsal Ernesto Mauriz y que titula “El Ejército toma el Valle del Guadiato”, y en el que después de su lectura he sentido, por un lado tranquilidad al comprobar que solo era una narración del hecho puntual de la visita a nuestra ciudad de la Unidad Militar de Emergencias para la realización de unas maniobras (y que no tenía nada que ver con el ataque que Corea del Norte ha perpetrado a Corea del Sur), y por otro me ha producido un par de sensaciones: una muy simpática y otra menos.
La simpática se refiere a que al corresponsal le ha traicionado el subconsciente y ha transformado una erre (r) en una te (t) y como consecuencia ha desvirtuado por completo la frase, haciéndola parecer distinta en lo que a sentimientos de éste para con la meca del cine se refiere : la frase escrita en el periódico digital reza así: “ … al más puto estilo de Hollywood…”, aunque supongo que el susodicho ha querido decir “ … al más puro estilo de Hollywood…”. Me ha producido una hilarante sonrisa porque he presupuesto que el corresponsal lo que ha hecho es cometer sin intención este pequeño error, basándome en que conozco el modo de sus crónicas y no he advertido jamás en ellas el más mínimo atisbo de sentimientos encontrados con este superconocido distrito de la ciudad de Los Ángeles y, por supuesto, en ningún momento le he leído palabras malsonantes, con lo cual, después de haberlo interpretado y reído un rato, he comprendido la circunstancia.
Pero por otro lado, y como decía antes, también me ha producido otra sensación menos amable, o por decirlo de otra manera, el sentimiento que he percibido ha sido de lo más desagradable. Me refiero a (palabras textuales del corresponsal) “El objetivo de estos ejercicios (los que la UME está realizando en nuestra localidad y entornos) es realizar simulacros en terrenos devastados por un terremoto y prácticas de rescate de catástrofes urbanas y en el medio acuático. Por ello, la UME ha visto en estos entornos del Valle del Guadiato un escenario perfecto para la actividad”. No pongo en duda la capacidad que los terrenos de El Cerco pueden tener para el desarrollo de estas actividades, porque a la vista está de cómo continúa al cabo de los años y de que no es solo el ejército real el que lo considera idóneo, ya que con anterioridad a la llegada de la UME ha estado siendo utilizado por los que practican el dudoso deporte de pegarse tiros de “mentirijilla”, o por la propia dotación de bomberos comarcales para otro tipo de prácticas, aunque todas ellas similares en lo que a entorno necesario es preciso.
Lo que quizás me produce desagrado es que al cabo de los años, muchos, muchos años, este recinto sigue siendo solo eso, un tremendo escenario de desolación, derrumbe y escombro, a pesar de los innumerables intentos de convertirlo en zona de futuro y progreso para el pueblo.
Superado mi estremecimiento por lo de la toma del ejército de nuestra localidad y reído un rato por el trueque de letras, solo me queda añadir que ojalá en un futuro estos terrenos devastados que hoy por hoy solo sirven para prácticas de rescate de catástrofes urbanas, tengan otra consideración más efectiva, práctica y de desarrollo para todos los que aquí vivimos.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Mi prejubilación

Bueno, pues ya ha llegado mi momento, el momento en el que como otros muchos ciudadanos de Peñarroya Pueblonuevo y pueblos limítrofes pasamos a “mejor vida”, es decir, nos prejubilamos. Yo lo voy a hacer exactamente con 51 años, precisamente porque los cumplo el último día que trabajo, el 30 de septiembre. Me encuentro perfectamente de salud y estoy en una etapa de mi vida en la que me va muy bien con mi familia, mis amigos, mi entorno y, en fin, con todo aquello que forma parte de mi existencia y a lo que a partir de estos momentos voy a poder dedicar todo el tiempo que sea preciso y me apetezca.
No estoy intentando con ésto hacer una demostración de estatus (que sería ridículo) que implique que me muestro ante los demás con cierto recochineo y socarronería, nada más lejos de mi ánimo y de mi forma de ser; todo lo contrario, lo que me ha motivado a escribir estas sensaciones es radicalmente opuesto a eso y es por lo que llevo preocupado hace mucho tiempo: al igual que yo ahora y otros en su momento, dejamos de ser personal activo, o lo que es lo mismo, dejamos un puesto de trabajo (que no es una vacante) que no va a ser ocupado por nadie, es decir, va a ser amortizado, hecho desaparecer del mapa laboral y pasará durante un largo período de tiempo a formar parte de las estadísticas de desempleo por estos lares.
Pero es que hay algo más, que es que los que aún hemos tenido la suerte de poder pasar a esta situación, podemos contar con unas perspectivas de futuro halagüeñas y económicamente estables, pero hay personas que no lo podrán hacer, al menos en nuestra tierra, y que son aquéllos que van a tener que irse a Puertollano porque el actual Plan de Prejubilaciones termina en 2012 y por edad a ellos no les es de aplicación. Son personas que tendrán que emigrar porque las trazas temporales inmediatas es que se jubilarán a la edad establecida (65 ó 67 años, depende de lo este gobierno establezca), con lo que desde el horizonte de edad media actual de éstos (entre los treinta y bastantes y los cuarenta y pocos), han de ir pensando en dejar el terruño para proceder al traslado de por vida hacia otro lugar.
Además, hay otro indicador negativo en todo ésto, y que es a los que tienen que emigrar hay que añadir a aquellos que van directamente al paro porque los contratistas que trabajaban para la empresa minera también han tenido que recortar plantillas al reducirse la actividad en ésta, y cuyo final es el despido total, puesto que las labores mineras concluirán definitivamente en 2010 y como consecuencia los trabajos subcontratados condicionados a ésta.
He venido comentando infinidad de veces que esto (el MINER) era una muerte anunciada si no se sabía amortiguar la incidencia que tendría sobre el empleo y la riqueza en la comarca, porque a pesar de los muchos millones que parece ser se han invertido en la zona, la realidad demuestra que cada vez hay menos habitantes y más paro, con lo que la relación inversión/generación de empleo ha fracasado estrepitosamente y nos ha conducido a esta realidad que roza con lo extremo. Cierto es que vemos por el entorno pueblos más bonitos, parques muy modernos y carreteras perfectamente asfaltadas, pero también somos cada vez menos los que podemos hacer estas apreciaciones.
Estoy seguro que más de uno estará pensando “pues deja parte de tu salario de prejubilación para dar trabajo a otros” y estoy de acuerdo con él, totalmente de acuerdo. Ojala ésto (que ya fue propuesto por prejubilados hace bastantes años) hubiera calado en las neuronas de los políticos de entonces y los de ahora y se hubiera invertido en creación de empleo real y estable, porque no nos olvidemos que este dineral es de todos, pero los que los manejan y administran son los responsables políticos, que son a la postre los que también deciden poner ZEPAS y autovías fuera de contexto en las mismas zonas a las que por un lado pretenden estimular, y que por otro son coaccionadas por otras decisiones que ellos mismos toman. Si este dineral hubiera estado realmente a disposición de los ciudadanos, con el único y exclusivo objetivo para el que fue generado, que es la creación de empleo estable, otro gallo nos cantaría, pero no ha sido así.
En fin, que no es para mí motivo de excesiva alegría el poder prejubilarme, pero ustedes comprenderán que no voy a ser tan gilipollas como para que, ahora que me ha tocado a mí el turno, rasgarme las vestiduras por el tiempo que ha pasado y por el que queda por venir.
Como decía antes, soy medianamente feliz con lo que me tocado vivir y por supuesto seguiré disfrutando de mi vida en la medida que ésta me lo permita, así como seguiré recreándome en esta mi tierra en la que nací, me crié y en la que seguiré viviendo hasta el final de mis días.

martes, 15 de junio de 2010

La Mula salió rana


Hoy leo en la prensa provincial que empresarios de Montoro han organizado una plataforma de damnificados para unir sus fuerzas y exigir que se les pague los más de 150.000 euros que la productora de la película La Mula les debe por los servicios que éstos han prestado para el rodaje. No es que me alegre de esta circunstancia, en absoluto y todo lo contrario; no están los tiempos como para que el empresariado pase “malos rollos” no por falta de trabajo en sus empresas, sino porque los clientes no les pagan, pero por otro lado tengo la satisfacción de que esta circunstancia, que ha estado a punto de producirse en mi pueblo, no haya hundido aún más en el infortunio a la ya dolida y malherida economía de Peñarroya Pueblonuevo.
Lo que aún me resulta más punzante es que estos empresarios, que tienen como deudor a una productora de cine, andan pidiendo árnica para que se embargue la taquilla de esta película, o en su defecto, el Ministerio de Cultura no suelte ni un duro de subvención a la morosa, sino a ellos, que es a quién se les debe. Otra vez la administración pública tiene que salir a la palestra a, con el dinero de todos, cubrir la mala gestión de una empresa privada que, en este caso y bajo el amparo del polivalente significado de la palabra “cultura”, está a expensas de subvenciones públicas que hinchen los bolsillos de productores, guionistas, distribuidores y actores, a costa del dinero de los que han hecho posible que la tramoya de esta película se produzca.





En fin, que como en el cuento, a esta Mula le han dado un “beso de princesa”, pero el resultado no ha sido el esperado y el “bicho” no se ha convertido mágicamente en príncipe, sino en rana.

martes, 18 de mayo de 2010

2012… ó 2010 y punto?

La famosa predicción Maya se está empezando a materializar y son diversas las señales que así lo confirman. Ya está echando malos humos ese volcán islandés (cuyo nombre no hay quién pronuncie) y vulcanólogos de todo el mundo están nerviosa y acongojadamente mirando como posesos los sismógrafos, que no dejan de estremecerse temerariamente allá por los cuatro confines del globo terráqueo.

Pero como siempre, eso de que el mundo conocido se acaba en 2012 solo es para el resto del cosmos; es relativamente lejano y poco sonoro, salvo el recuerdo que los cineastas oportunistas nos procuran para llenar nuestras neuronas de temor y sus bolsillos de centavos; pero insisto, el final en 2012 será para todos, menos para una pequeña, insignificante y etérea ciudad: la de Peñarroya Pueblonuevo, cuya predicción de su propio Armagedón es mucho más certera, palpable, cercana en el tiempo y temible como un virus maligno. Para este pequeño reducto de personas sin alma, el final de los tiempos no tardará tanto, se aproxima de una forma más inmediata, hasta el punto que se puede medir en meses; ¡qué digo en meses, en días!
Como ya anunciaban los peores presagios, hay treinta y nueve personas (trabajadores en activo de ENCASUR), con sus respectivas familias, que están preparando su éxodo para dentro de pocos días. Inicialmente la empresa les dijo que en junio de 2010 todo el mundo tenía que estar en Puertollano… ahora, en mayo, e inmiscuidos de lleno en las negociaciones que representación social y corporativa están manteniendo al respecto durante estos días, se empiezan a establecer parámetros reales de calendario, así como a dar ultimátums que incitan a que estos trabajadores aprovechen las próximas vacaciones de agosto para que se vayan buscando alojamiento en esta ciudad de Castilla La Mancha para siempre.
Pero no pasa nada. Es el final anunciado de un tejido económico que desde 1961 está estabilizando (a la baja y por una vertiente bastante inclinada) la historia de todo un pueblo, y que ahora está llegando al final de sus días a través de una agonía alegre, distendida y jocosa, porque si de algo hemos de vanagloriarnos los que por aquí habitamos, es de que a los responsables políticos de esta u otras cosechas, ésto les ha venido importando una mierda desde siempre, y, como consecuencia, todo lo históricamente acontecido por estos lares ha ido calando profundamente en nuestra idiosincrasia, hasta el punto de llegar siempre a ser merecedor de chiste o de trova de chirigota en carnaval. ¡Qué va a pasar, si esto es cíclico y repetitivo! Ya pasó con Cartagena… y anteriormente con Vilvoorde, Alemania, Francia... ya estamos curtidos en estas lides como para que nos provoque sorpresa y mucho menos, sobresalto o preocupación.
Y si a ellos, a los políticos de turno que son los que tienen la obligación de responder por el presente y de preparar el futuro para que sus ciudadanos encuentren ganas de quedarse en su pueblo no les produce ni el más mínimo estremecimiento, ni les preocupa un pimiento y no le dan la importancia que ésto tiene en realidad, no se van a ocupar de ello los paisanos, que bastante tienen ya con estrujar sus meninges para sacar una letrilla humorística y chisposa del asunto. Y por supuesto tampoco lo va a hacer esta empresa que después de haber sacado su tajada millonaria que con el dinero de todos solo ha servido para que sus directivos y su personal de rango y abolengo vivan hoy felizmente de una estupenda pensión en cualquier lugar de la geografía española (por supuesto no en Peñarroya Pueblonuevo) y que ahora simple y alegremente dice “que me llevo a tus vecinos en activo a otro lado lejos de ti y para siempre; y tú a callar y los paisanos a marchar, que para eso les pago si se vienen; si no al paro”.
Por eso no hace falta que llegue el año 2012… con este 2010 la cuestión ya se aventura conclusa.

martes, 9 de febrero de 2010

Poderoso caballero.

Ayer leo en la prensa provincial dos noticias que me dejan perplejo, bueno, mejor dicho, perplejo no, pero me hacen bajar la cabeza con vergüenza y me hacen sentir mal.
Por un lado leo que se ha constituido la comisión de seguimiento del Proyecto LIFE para la Conservación y Gestión en las Zonas de Especial Protección para las Aves Esteparias de Andalucía (ZEPA), y en cuyo titular dice literalmente: “La ZEPA, con fondos, entra”. El desarrollo de la noticia viene a contar que sin pena ni gloria, después de muchas vociferaciones al respecto, tanto los “agoreros” como se denomina a los que preveían que la autovía A-81 se había fastidiado al no poder atravesar una zona protegida (entre los que me encuentro yo), como los que presagiaban la ruina total de agricultores y ganaderos (asociaciones y agrupaciones de estos mismos), ahora callan y otorgan, presumiblemente (sigue diciendo al artículo) porque este programa viene con la cartera repleta de billetes, en total unos 8,6 millones de euros.
Por otro lado también observo que se publica otra noticia en la se informa que el parlamentario andaluz de un determinado partido dice que apoya a los ¿4? alcaldes de la zona de influencia de El Cabril (Hornachuelos, Fuente Obejuna, Alanís y Las Navas de la Concepción), que andan reivindicando que se les suba la “dote” que hasta ahora vienen percibiendo por estar “desposados” y bien avenidos con este cementerio nuclear – 1,9 millones de euros anuales -, habida cuenta que por el almacén temporal centralizado (ATC) están ofreciendo bastante más.
Me siento avergonzado y malherido en mis convicciones por ambos hechos que, sin pasar a evaluar si son malas ni buenas estas cuestiones (ya no puedo optar por la radicalidad, porque no me enfrentaría a los entes superiores que han provocado estos hechos, sino a los propios paisanos como yo que se van a comer con patatas sus decisiones), lo que si queda patente y contundentemente claro es que las voces se alzan, se enervan actitudes y se enarbolan banderas reivindicativas, hasta que en la misma mano crispada que se está levantado para manifestar la queja, depositan una cantidad de euros suficiente como para que las bocas callen, las conductas se sosieguen y desaparezcan los símbolos de protesta que antaño motivaron levantamientos contrarios a lo que ahora es aceptado sin ningún pudor ni remordimiento.
No es en absoluto mi caso, puesto que yo sigo pensando exactamente igual ahora que antes, salvo que no soy nada más que un minúsculo grano de arena que, entre otras cosas, ni percibe, ni percibirá, ni quiere percibir prebendas a cambio de modificar mi criterio… no al menos en los dos hechos que transcribo.
Pero no puedo dejar de sentir vergüenza… vergüenza y pena por esta nuestra tierra que, una vez más (y esto debe ser endémico por estos lares) no solo deja pasar alegremente el virus ponzoñoso a través de su cuerpo, sino que además le ofrece gozosamente las venas para que circule sin complicaciones por nuestros maltrechos y enfermizos tejidos.


Por cierto, no volvía a escribir en mi blog desde el año pasado y, aunque con mucho retraso, deseo de corazón un estupendo año para todos.