viernes, 1 de abril de 2011

BALUMBA, esos “cachondos”


Ayer escuchaba la Cadena Ser por la mañana y en determinado momento, Carlos Francino contactó con un corresponsal en Sevilla que puso de manifiesto que en la compañía de seguros BALUMBA los trabajadores eran unos cachondos mentales y que se lo pasaban de escándalo ejerciendo sus funciones laborales. Este corresponsal llegó a decir que si no trabajara para la radio, le gustaría trabajar en BALUMBA, puesto que allí el trabajo era algo espectacular, hasta el punto de que el hombre quedó sorprendido cuando al entrar en las instalaciones de la susodicha empresa, incluso algún trabajador llevaba puesta una camiseta de algún equipo de fútbol. Para enfatizar aún más estas apreciaciones, entró en antena una chica cuyo cargo en BALUMBA era importante y relacionado con el personal, que vino a afirmar poco más o menos lo mismo que ya se había dicho, además de manifestar contundentemente que sus trabajadores “eran felices y se encontraban muy a gusto, porque sus clientes eran felices y bien tratados”. Todos los clientes menos uno, supongo, porque mi yerno, asegurado en BALUMBA, sufrió un accidente que le provocó un tercero al embestirle por detrás, y lleva DOS AÑOS Y MEDIO SIN COCHE porque esta “cachonda, hilarante, jocosa, divertida y chocarrera” empresa, más que defender los derechos de sus asegurados frente a la compañía que provocó el siniestro, parece que le es más interesante “echarse a reír” y pasar por un tubo de los compromisos adquiridos en la póliza y dejar en manos de los criterios de la compañía que debe hacerse cargo de los gastos ocasionados por el mencionado siniestro, es decir, la compañía aseguradora de la persona que embistió el vehículo de mi yerno, la cual, está claro, está haciendo todo lo habido y por haber para no pagar ni un duro. Y mientras, en BALUMBA se siguen descojonando de la risa, debe ser porque ni mi yerno ni yo disponemos de medios económicos para denunciarlos y hundirlos en el descrédito, porque si no, seguro que esta cuestión estaría resuelta hace mucho tiempo y en la “graciosa BALUMBA” hubiera desaparecido por completo el rictus humorista que parece ser les caracteriza para convertirse en empresa seria y comprometida con sus asegurados. Entre tanto, mi yerno ha perdido el empleo por no disponer de coche, sigue teniendo serias dificultades para encontrar otro e incluso padece problemas de rango familiar por esta “amena circunstancia” que tan entretenidos en la risa tiene a todos los empleados de BALUMBA. Y para colmo, se les presenta en un programa de radio en el que se pretendía demostrar que el buen ambiente laboral hace mejores profesionales y, por ende, mejores personas. Pues que me pregunten a mí o a mi yerno y si tienen narices, se rían frente a nosotros, cara a cara, que verás que divertido puede llegar a ser el cotarro.

No hay comentarios: