miércoles, 24 de junio de 2009

Una amiga

Tengo una amiga que me riñe, casi siempre está en desacuerdo conmigo, algunas veces me abandona en pleno cotarro que ella misma ha propiciado y con reiteración, me incordia y me irrita.
Solo refiero las cosas que a priori pueden parecer justo lo contrario a una analogía de amistad, por lo que con dos renglones y medio he tenido espacio más que suficiente para ello, igual que tengo que decir que si tuviera que hacer lo contrario, es decir, definir por qué es mi amiga, creo que me harían falta palabras y asesoramiento para poder expresar con ellas las pasiones que motivan esta relación.
Es mi maestra, el camino, la sensatez (últimamente para con los demás, que no para con ella), es la historia, la memoria, la intención, la cultura, la educación, el misterio, la capacidad, la diplomacia, la serenidad, la lógica, cruda a veces y otras tierna, pero poco (o al menos intenta que no lo parezca).
Es un compendio entre memoria histórica y referentes aún más históricos, así como actual y contemporánea al mismo tiempo. Es el progreso comedido, sin prisas, sin atropellos, quizás algo reticente a ello, pero contundente en sus criterios. Para mi juicio, algo lenta en este aspecto, pero seguro que es porque la comparo conmigo, y es que yo soy apresurado e inmediato, no tengo capacidad para darle tiempo al tiempo; su lema en este sentido sería: “pasitos cortos, firmes y continuados”, y el mío por el contrario diría algo parecido a: “¡venga, coño, que no llegamos!”
Solo tengo claro que la tengo y la siento. Es mi amiga.
Ahora está malita, pero en fase ascendente para una estupenda recuperación que estoy completamente seguro servirá para que una vez pasada esta especie de ITV, con los filtros limpios y los fusibles renovados, esa sensatez para con los ajenos a la que antes aludía, se convierta en norma común de su propia vida y para con ella misma.
También tengo la seguridad de que en este escenario en el que ella ha venido interviniendo (siempre entre las tramoyas, porque no le gusta ser protagonista), volverá a estar como siempre ha estado, pletórica, rebosante, ayudando y empujando a que la obra continúe, debe continuar, y por eso ahí estará ella, mi amiga, esa misma que grita, que riñe, que desdeña y te cabrea.
Pero eso es lo que hay. Y que no cambie nunca, aunque suene egoísta por mi parte, porque de ello dependemos muchos… tantos como aquellos que la queremos tanto.
Un abrazo Ana.

3 comentarios:

Picalcan dijo...

Es verdad que es riñona, pero lo hace desde el corazon, que lo tiene enorme. Muchos ratos hemos discutido sobre cientos de temas. En una discusión con ella, digas lo que digas no llevas razón nunca.
Me encanta cuando te deja hablar, pareciendo que está ausente para de pronto soltar una frase, sólo una, para sentar cátedra y terminar la conversación.
Cuando lo he pasado mal la primera llamada de apoyo ha sido la de ella. Sólo para decir que está ahí. Y eso ayuda y sobre todo acompaña.
Que te mejores Ana. Un Abrazo.

Cerco Pya dijo...

Mejóratae prima.

Anónimo dijo...

Seguro que de esta saldrá más fortalecida, dentro de su compresión seguro que se tomará la vida un poco más enserio y menos.
Esto nos ayudará todavia más para sus sabios consejos y empuje.
Te esperamos