jueves, 10 de julio de 2008

Episodios

No fui capaz de creer lo que estaba viendo hasta que no estuve a una distancia lo suficientemente cercana como para verificar que aquello no era producto de mi imaginación, ni que tampoco era la representación de una obra de teatro o la escena de una película. Era real y contundente, no cabía duda. Por mucho que mi capacidad de asombro se dilatara, jamás pensé que llegaría a este extremo en el que lo irreal, lo místico, lo extraño e imposible por no caber en la razón, se presentaba ante mí de un modo tan palpable y innegable que era tremendamente veraz hasta en su más mínima expresión.
Intenté de varias maneras extorsionar la realidad que se me demostraba, de manera que mi propio subconsciente, por no aclimatarse a esta irreal experiencia, buscaba mil y una maneras de explicar lo inexplicable, de sortear lo que era evidente para descubrir cualquier aclaración lógica que demostrara eso que a simple vista parecía lo más antagónico al entendimiento humano conocido.
Al final no me quedó más remedio que claudicar a la evidencia y reconocer que las cuestiones que a simple vista parecen ficticias, imposibles e irrealizables, se materializan en realidades concluyentes. Así evoluciona la humanidad, con demostraciones de que la realidad supera la imaginación y como consecuencia, estos hechos que a simple vista parecen irreales, conforman la cotidianidad futura.
Luisa Ruiz, candidata fantasma del Partido Socialista Obrero Español, era nombrada alcaldesa de Peñarroya Pueblonuevo con los votos a favor del Partido Popular en junio de 2003. A partir de entonces la política me la repampinfla, cuestión que también se ha convertido en realidad palpable en lo que jamás hasta entonces (43 años tenía), había sucedido en mi persona.
Lo que no deja de remorderme las entrañas es que si esto no hubiera sucedido, otra realidad hubiera sido posible, no solo para mí y mis perspectivas, sino para todo un pueblo que entonces reivindicaba y sigue reivindicando realidades para un futuro digno y que este hecho, que formará vergonzosamente parte de los anales de la historia de Peñarroya Pueblonuevo, coartó y negó tajantemente. Hace más de cinco años de aquello y a los hechos y al presente me remito.

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