Si ya era el invitado de piedra antes de las elecciones generales (por ausente de criterios), ahora que por fin ha aflorado a conocimiento público después de estar escondido en las maquiavélicas intenciones del gobierno hasta después de las elecciones andaluzas y asturianas, el Presupuesto ha llegado arrasando. Y ha llegado arrasando, por ejemplo, en las políticas activas de empleo, que sufre una reducción de 1.557 millones de euros, cuestión que pone en evidencia la manida frase que el gobierno repite hasta la saciedad de que su preferencia es el empleo. Con esto se quitan de en medio y de un plumazo cuestiones como la ayuda a planes de empleo temporal, formación de desempleados para inserción en el mundo laboral moderno y subvenciones a empleadores para la contratación de personal.

Si a este tipo de medida presupuestaria se le añade la precariedad manifiesta que confiere la Reforma Laboral al derecho al trabajo digno, ya me estoy estrujando las neuronas hasta límites insospechados para intentar averiguar a dónde conduce este puzle, y solo llego a una conclusión: que le den por culo al trabajador y al desempleado y que le limpien bien las cañerías y le pulan las balaustradas a las empresas y empresarios. No hay más vuelta de hoja, las políticas sociales del PP que hasta ahora estamos viendo y padeciendo no llevan nada más que al capitalismo puro y duro, donde lo que prima es el beneficio, los índices bursátiles y la prima (maldita prima) de riesgo, cuestiones que solo conducen a afirmar que lo único importante es el dinero y quien lo posee, y que las personas modestas solo somos instrumentos y herramientas para conseguirlo.

Y esto es lo que atañe a la generalidad, que si nos metemos en lo particular, ¡ojito con las reducciones del Ministerio de Industria!, que para el Instituto de Reestructuración de la Minería del Carbón, y para el extra coste de la generación de energía, al que también han llegado recortes.
En fin, que las políticas sociales están sufriendo el mayor ataque de toda su historia, porque, además, las ayudas a la dependencia también sufren un significativo recorte, debe ser porque solo son eso, un gasto pírrico, insignificante y superfluo… aunque afecten a las personas que más lo necesitan… eso es solidaridad.
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