miércoles, 21 de octubre de 2009

El éxodo anunciado

La semana pasada la Dirección de ENCASUR convocó una reunión con los representantes de los trabajadores, en una Comisión creada al efecto y que se denomina “Comisión de Excedentes”, en la que vino a comunicarles que desde ENDESA se habían recibido instrucciones para que los traslados de personal activo del Centro Minero de Peñarroya a sus instalaciones de Puertollano se comenzaran a negociar, poniendo como fecha inicial para que éstas fueran efectivas a partir de junio de 2010.
Como ya he venido comentando en anteriores post, en este contexto se encuentran a fecha de hoy del orden de cuarenta y tantas personas, todas ellas por no entrar dentro de los requisitos para poder acogerse a prejubilaciones, puesto que superan el horizonte temporal de 31 de diciembre de 2012, fecha de finalización de las ayudas al carbón, y como consecuencia las opciones son irse al paro o trasladarse al Centro Minero que ENCASUR posee en Ciudad Real. Esta cuestión no por sabida es menos traumática, ya que si las propias prejubilaciones en esta nuestra Comarca han sido y siguen siendo el cáncer que está devorando el tejido productivo, el empleo y provocando una nueva era de emigración, la guinda que corona el pastel es esta situación, en la que personal en activo, cotizando a la Seguridad Social, contribuyendo con sus retenciones de impuestos a las arcas del Estado, ganando un sueldo fijo que hace que ellos y sus familias formen parte del contexto social de esta zona, en los colegios, en los mercados, con sus hipotecas, con la contribución económica que en este territorio supone tener este tipo de ingresos, en un plazo de dos años y medio, formaran parte de todo eso, pero en una ciudad y Comunidad Autónoma distinta.
Si nada ni nadie lo remedia, y a la fecha en que escribo ésto no hay atisbos de que exista ni el más ínfimo intento de hacerlo, la zona sufrirá de nuevo otra hecatombe social, ya que estamos hablando de una media de dos o tres personas por familia, lo que da una cifra de 130 personas aproximadamente que abandonaran esta tierra y como consecuencia de ello, portarán casa y enseres para instalarse hasta el final de sus días, como poco laborales, en otros lugares donde arraigarán sus hijos y nietos y quizás éstos ya no vuelvan nunca más.

La diferencia entre este éxodo y el que protagonizaron los judíos y que figura en su Tanaj, en el segundo libro de la Torá, es que éstos no se van queriendo y huyendo de los egipcios opresores, si no echados de su tierra porque les hace falta para poder seguir subsistiendo.
Otro capítulo más en la historia de esta tierra, que siempre anduvo siendo, para probablemente, no llegar a ser nunca nada.

1 comentario:

ResPublicae dijo...

¿Más gente fuera del pueblo?. Nos vamos a quedar en cuadro.