viernes, 6 de febrero de 2009

Monólogos de mi Gato


No fui capaz de creer lo que estaba viendo y oyendo hasta que no estuve a una distancia lo suficientemente cercana como para verificar que aquello no era producto de mi imaginación, ni que tampoco era la representación de una obra de teatro, la escena de una película o una distorsión en mi aparato auditivo, nada de eso. Era simplemente que… mi gato maúlla en inglés.
¿Qué por qué lo sé? Sencillo, en vez de decir “miau” se le oye “maiai”. Inglés al más puro estilo. Estoy por llevarlo a algún programa de la tele, de esos de impacto, o mejor, contactar con la National Geographic y que le hagan un estudio científico profundo para determinar esta rara habilidad de mi doméstico felino.
Lo cierto es que a mi vecina, la de los rulos perennes como tuberías de hormigón, le hace mucha gracia. Dice la buena mujer que a ella no le maúlla así, sino que después de comerse la lata de fuagrás que le caducó y que acostumbra a darle todos los meses, el gato se la queda mirando y dice algo así como: “waft, waft”. Ella cree que esa misma frase es la que escuchó en la película de “Lo que el Viento se Llevó”, allá por el año 39 del siglo pasado, cuando Clark Gable le cruzó la cara a Scarlett O'Hara. Lo que realmente oía la señora eran los ronquidos del que entonces era su novio, que el pobre, de puro aburrimiento por no poder meterle mano, optó por dejarse llevar en los brazos de Morfeo.
Pero ella está enormemente contenta de que mi gato le hable en inglés porque, entre otras cosas, afirma que le toma apuntes y que ha aprendido mucho del minino, hasta el punto de que le ha cogido gustillo a eso de los idiomas. Por ejemplo, sin ir más lejos, el otro día llegó un mensajero a dejarle un envío y desde entonces cree que “paquete” en inglés se dice “MRW”. Y lo pronuncia igual que se ve, que más bien parece que está arrancando una moto con cierta dificultad. Lo que no tiene claro es si “paquete”, es decir, ”MRW”, significa “caja con algún contenido envuelta en papel de embalar”, o por el contrario quiere decir “entrepierna masculina”. Imaginación no le falta.
Su marido, el antiguo roncador del cine (que por fin accedió a rozarle un brazo a la susodicha pasados los 40), dice que de verla tan feliz con esta nueva actividad, también él se va a apuntar a las clases del mamífero doméstico y para ello se ha comprado, según él, el mejor diccionario: “Como entender a tu gato: habilidades y costumbres de los felinos”.
Insiste en que le va del diez en su aprendizaje y para hacerme una demostración, una vez me dijo: “Hoy le he dicho a mi “wife” que su “cat chow” tiene el “MRW” como el mástil que soporta la bandera en la “White House”. Y que le ella le contestó: “Darling”, eso es de la viagra que engulles “in the fast lane” y por un “tube” y así te pones, como el “Trojan Horse”. A continuación no sé que me contó de “edredoning”, “revolconing”, “quemecorring” y no me acuerdo que más palabrejas vino a decirme, todas terminadas en “oing”, que más parecía un gorrino que una persona... y todo esto con los ojos desorbitados y una sonrisa babeante que le llegaba de oreja a oreja.
El caso es que desde que andan los vecinos con eso del inglés, a mi gato lo tienen muy entretenido… y agasajado; no le falta nunca conversación… ni tampoco le faltan pijaditas y horteradas chillonas por todo su cuerpo. Lo último que le han comprado es un monóculo…. Si…, un monóculo y una gorrita a cuadros con dos viseras: una hacia detrás y otra para adelante. Dicen que es para que el pobre animal parezca más “English” y menos “Spanish” y dé la sensación de ser un verdadero “Gentleman”.
Si el desdichado gato supiera lo que le están llamando, las putaditas que le gastan y el animalejo pudiera manifestarse en español-parlante, seguro que diría: “¡Os vais a ir a la mierda los tres: los dos viejales, que me tienen hasta los güevos de tanto fuagrás mohoso; y tú, calvo cabrón, que con tal que no te moleste en la acostada de sofá que te metes cada día en la hora de la siesta mientras te rascas continuamente las pelotas, te dedicas a escribir monógolos gilipollas como este para convencer a esos benditos vecinos de que yo hablo inglés!”.

1 comentario:

Picalcan dijo...

AAAAAaaAy si los animales hablaran...
Aunque en realidad hay muchas personas que sólo hablan para decir animaladas (en cualquier idioma) e incluso algunos las hace. Animaliiiiitos