De
récord Guiness… la trayectoria en el poder del Partido Popular desde que obtuvo
la mayoría absoluta en las últimas elecciones es de récord Guiness. Y de los mejores de toda la historia conocida,
porque no es una, sino varias las marcas que han batido con holgura y desahogo.
Empezando
porque han destrozado con voraz saña su propio proyecto electoral desplegando
la mayor cantidad de mentiras que el conocimiento humano es capaz de soportar; siguiendo por los golpes de pecho que en cada
una de sus intervenciones públicas antes de las elecciones se daban para
alardear de todo aquello que no iban a hacer (porque jamás dijeron lo que SÍ iban a hacer), y terminando por el
mayor desprecio hacia las personas, sobre todo a las más necesitadas, que ni
los mejores manuales de psicología criminal han sido capaces de imaginar, estos
individuos e individuas del PP han hecho de su capa un sayo y se han anclado firmemente
en sus escaños para refregar por los hocicos toda esa mierda putrefacta de que
la Derecha Señorial y Dictatorial es poseedora, para que todos aquellos que antaño eran ciudadanos de
derecho se conviertan en vasallos despreciables a los que exigirles las pernadas
y gabelas.
Además
se congratulan de ello con alegría desmedida y jolgorio exultante, ya que ésto
les provoca una euforia psico-adictiva y les inyecta un chorro de adrenalina a
presión en sus neuronas, tal como les pasaba a los antiguos romanos al ver cómo
se despedazaban los gladiadores en el circo. Y ahí están, oprimiendo cada vez
más a los más oprimidos y robando a manos llenas a los más menesterosos en pos
de una NOSESABEQUÉ cosa que, al parecer,
solo gusta a banqueros y defraudadores, que aunque son minoría, son los que
poseen el maná que a estos especímenes del PP les gusta a rabiar: el dinero.
Pues
las cosas van a cambiar, porque lo que no han previsto estos personajes es que
las personas a las que se oprime con tal aborrecimiento y saña, y sobre todo
cuando éstas llegan a sus últimas desesperaciones, son capaces de gritar y dar hasta
lo más sutil y postrero de sus alientos para poder vivir dignamente, si no
ellos, sus hijos, aunque ésto sea a costa de sus propias vidas.
Más
alto se podrá decir, pero no más claro. La gente normal no vamos a aguantar más esta opresión; los mineros han
tomado la delantera y el pueblo llano seguirá sus pasos hasta que esta
situación cambie y se devuelva a la ciudadanía el más elemental de los
derechos: el derecho a vivir dignamente.
Ojito
al parche que ésto no acaba nada más que empezar.
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