jueves, 12 de noviembre de 2009

WWW.TEEXCOMULGO.¡COÑO!

De nuevo la Conferencia Episcopal española, por boca de su portavoz, el “avispado” u “obispado” señor Martínez Camino, ha vuelto a vomitar improperios y amenazas contra todo aquel que apoye la ley que se va a dirimir en el Parlamento sobre el aborto. Ahora va en contra de los parlamentarios que opten, en ejercicio de su derecho democrático, a apoyar las modificaciones que se presentan sobre esta ley, y con todo su ardor religioso, misericordioso y humilde va y saca el látigo de flagelar y dice que esto es herejía y, como consecuencia, motivo de excomunión. ¡Toma ya, sin anestesia ni ná!.


Haciendo alarde de su “infinita piedad, seguramente motivada por el amor religioso que profesa a sus prójimos”, este ente llamado Conferencia Episcopal, llama a “la cordura y la sensatez para que el sosiego y la paz reine entre las personas” y, al igual que en la Edad Media en plena Guerra Santa, hace un llamamiento para dar muerte al infiel y al hereje. Vamos, que ya andan almacenando madera en las iglesias para quemar en las hogueras a todo aquel que se salga de los preceptos que la Santa Inquisición exige y candados para cerrar los cinturones de castidad de aquellas damas que han de esperar a que sus caballeros vuelvan de las Cruzadas. ¡Manda narices el asunto!
Por si acaso, y para facilitar la “vuelta al redil de las ovejas descarriadas”, han habilitado una página web a la que se puede acudir para que los señores de la iglesia católica te pongan a parir “piadosamente” en caso de que seas de aquellos que hayas tenido mínimamente ligeros pensamientos pecaminosos.
Y no digamos ya si eres de los que manifiestamente has pecado, por ejemplo, siendo un pedófilo, porque en ese caso directamente eres decapitado o quemado públicamente (salvo que seas cura, claro).

1 comentario:

Picalcan dijo...

Me parece correcto que excomulguen a quienes no sigan los preceptos de la Iglesia. Eso es se coherente. El que cometa un pecado de tal magnitud que se lo meresca, excomulgado. Así, y siendo coherentes, mañana mismo que excomulguen a todos los divorciados, a todos los ladrones, asesinos e incluso a quienes deseen la mujer del proximo (o del lejano). Incluso debieran excomulgar a quienes sin votar están a favor del aborto, que el pecado puede ser por pensamiento, obra u omisión. En la Iglesia se quedan dos: y no podríamos ser tu y yo.