martes, 14 de octubre de 2008

Ciudad Virtual

Hoy leo en el periódico una pequeña reseña en la que se informa que el Ayuntamiento de Peñarroya Pueblonuevo ha sido elegido por el Área de Igualdad de la Diputación Provincial de Córdoba para participar en dos proyectos piloto, consistente el primero en “hacer partícipe a todos los ciudadanos del municipio interesados en las nuevas tecnologías” (¿) y el segundo parece ser que consistirá en “la creación de una televisión municipal interactiva a través de Internet” (¡hala!).
Para una vez que hemos sido elegidos para algo, aunque sea desde la poco activa y devaluada Diputación Provincial, ¡vaya tela con los proyectitos! Con el primero se me queda la cara de póker porque, sinceramente, o la información es demasiado escueta, o ni la propia Diputación sabe en qué leches va a emplear tiempo y dinero de aquí a final de año que estará en marcha el susodicho proyecto.
Pero si este primer proyecto es, como diría, una declaración de intenciones y una llamada hacia la participación de los ciudadanos interesados en las nuevas tecnologías, es decir, una enorme y superlativa gilipollez, el segundo es que me deja del todo con los ojos vueltos y con convulsiones: ¿Una televisión municipal interactiva a través de Internet que (atención) FOMENTE EL SENTIMIENTO DE PERTENENCIA AL MUNICIPIO ENTRE RESIDENTES Y NO RESIDENTES?
No sé cómo digerir esto. Si lo hago por la parte del vaso medio lleno, solo veo que de alguna manera alguien se está preocupando en que no perdamos el vínculo que nos une a nuestro pueblo, que es que hemos nacido aquí y de aquí somos y, además, que a nuestros paisanos que ahora ya no viven aquí les motive la cuestión y los haga más de aquí todavía. Es decir, que es llover sobre mojado, pero con la diferencia de que ahora lo vamos a poder ver por la tele y eso debe ser, como poco, del calibre mediático del Gran Hermano ese de Telecinco, con todo el componente de famoseo y glamour que ello conlleva, vamos, digo yo.
Si por el contrario lo interpreto por la parte del vaso medio vacío, es que se me llevan los demonios solo por el hecho de pensar que sea tan evidente que el sentimiento de pertenencia al municipio entre residentes y no residentes esté en la cuerda floja y no se ataje el problema con la seriedad que es necesaria. ¿Por qué no se acude a este problema sin “proyectos piloto” del carajo, sino con proyectos de empleo, infraestructuras, planes reales de proyección futura y calidad de vida de los ciudadanos, eh? ¿Por qué cada vez que se nos “elige” para algo, o es para darnos otra cuchillada más en nuestras pertrechas arterias, o es para que de vez en cuando salga en los periódicos que “alguien del más allá político” tiene algún tipo de interés en nuestra maldita suerte y nos arrima una insignificante migaja que nadie quiere? Y manda narices que, para ahondar aún más en el desprecio, esta iniciativa haya salido desde el Área de Igualdad… el Área de Igualdad…, de las que entre sus difusas y poco definidas obligaciones solo conozco aquellas que van dirigidas a los rompimientos que entre los colectivos o las personas se producen por razones de sexo o de raza o de religión o de cualquier otro motivo que sesgue, minimice o altere las relaciones sociales.
En fin, que lo mires por donde lo mires, no le pillas el lado favorable (entre otras cosas porque no lo tiene) y encima nos vienen a refregar en nuestras propias tragaderas lo que al artículo aparecido en el periódico le ha comentado alguien, que viene a decir que “Peñarroya Pueblonuevo terminará siendo un pueblo virtual. Aquí ya no importa ni preocupa el deterioro laboral que los políticos han decidido para nuestro pueblo. ¡Lástima de pueblo!”.
Comparto por completo su opinión.
Ya nos veremos en la tele.

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