Esto es lo nunca visto, lo más detestable y fuera de toda lógica y sentido común. Lo que hace cinco años era gratis, El Cerco, el famoso Cerco, ahora cuesta 3.000.000 de euros. Y se pide el dinero al MINER para ello. ¿Tendrá poca vergüenza la señora Luisa Ruiz?
Lo que en su momento fue la traición más grande que se le puede hacer a un pueblo, lo que en su momento se vendió con frases como “¿qué oscuros intereses moverán a IU para hacer ese trato con los propietarios de El Cerco, cuando estaban en la alcaldía?”, o como “lo que se pretendía con ese acuerdo es que estos señores (los propietarios) se les eximiera de impuestos y que hemos hecho nosotros (Luisa Ruiz) es cobrarles lo que deben”, ahora se ha convertido en una compraventa para poder tener lo que ya se tenía gratis. Y para colmo de males, se pide subvención al MINER para ello, para comprar escombros, que ahí quedarán a falta que de nuevo vuelvan a pedir dinero para poder acondicionarlo, igual que está pasando con los terrenos de Vega Currillo.
Si no lo estuviera leyendo en la prensa y viendo que hoy no es 28 de diciembre, pensaría que esto es una inocentada, de mal gusto, pero una inocentada al fin y al cabo. ¿Es posible que este tipo de acciones queden impunes de cara a la opinión pública? ¿Es posible que con todo lo que hemos pasado desde hace unos años, desde que Luisa Ruiz se apoderó del bastón sin que le correspondiera, que no se nos carguen las meninges de mala leche y no la mandemos a dos mil kilómetros de distancia de nuestro pueblo, para que no pueda seguir haciéndonos daño?
Esto ya clama al cielo (o al infierno, depende como se mire); ahora tenemos que entender que todo el trabajo que costó, primero, el hospital y segundo, conseguir negociar un contrato con los propietarios para la cesión gratuita de este espacio demandado desde antaño, y que Luisa Ruiz se encargó contundentemente en destrozar, ahora se nos presente como un logro.
Debo haber perdido la poca razón que me queda, pero desde luego lo que tengo claro es que como la oposición no mueva un dedo para que esta nueva patraña no se lleve a cabo y que además obliguen a esta moza a que abandone la alcaldía, yo me recluyo en un sanatorio mental, porque debo ser subnormal profundo e irrecuperable.
Lo que en su momento fue la traición más grande que se le puede hacer a un pueblo, lo que en su momento se vendió con frases como “¿qué oscuros intereses moverán a IU para hacer ese trato con los propietarios de El Cerco, cuando estaban en la alcaldía?”, o como “lo que se pretendía con ese acuerdo es que estos señores (los propietarios) se les eximiera de impuestos y que hemos hecho nosotros (Luisa Ruiz) es cobrarles lo que deben”, ahora se ha convertido en una compraventa para poder tener lo que ya se tenía gratis. Y para colmo de males, se pide subvención al MINER para ello, para comprar escombros, que ahí quedarán a falta que de nuevo vuelvan a pedir dinero para poder acondicionarlo, igual que está pasando con los terrenos de Vega Currillo.
Si no lo estuviera leyendo en la prensa y viendo que hoy no es 28 de diciembre, pensaría que esto es una inocentada, de mal gusto, pero una inocentada al fin y al cabo. ¿Es posible que este tipo de acciones queden impunes de cara a la opinión pública? ¿Es posible que con todo lo que hemos pasado desde hace unos años, desde que Luisa Ruiz se apoderó del bastón sin que le correspondiera, que no se nos carguen las meninges de mala leche y no la mandemos a dos mil kilómetros de distancia de nuestro pueblo, para que no pueda seguir haciéndonos daño?
Esto ya clama al cielo (o al infierno, depende como se mire); ahora tenemos que entender que todo el trabajo que costó, primero, el hospital y segundo, conseguir negociar un contrato con los propietarios para la cesión gratuita de este espacio demandado desde antaño, y que Luisa Ruiz se encargó contundentemente en destrozar, ahora se nos presente como un logro.
Debo haber perdido la poca razón que me queda, pero desde luego lo que tengo claro es que como la oposición no mueva un dedo para que esta nueva patraña no se lleve a cabo y que además obliguen a esta moza a que abandone la alcaldía, yo me recluyo en un sanatorio mental, porque debo ser subnormal profundo e irrecuperable.