miércoles, 17 de octubre de 2012

Mi amigo Manolo, Manolo Díaz


Hoy ha muerto un amigo, un compañero, un alma libre y buscador incansable de la sensatez, la razón y, sobre todo, la verdad. Se ha ido humildemente, tan humildemente como todo él era, al que jamás nada ni nadie podrá reprochar que en todas y cada una de las acciones de su vida hubo el más mínimo atisbo de egoísmo o interés personal. Lo daba todo por todo, primero por su familia y después, por todo aquello en lo participaba, siempre de manera altruista y empleándose a fondo con un magnífico despliegue de conocimientos y profesionalidad.

Se ha dejado la vida peleando por aquello que amaba y defendía a ultranza: la verdad, solo y únicamente la verdad.

Honrado hasta límites no concebidos, amante de su familia, compañero de sus compañeros y luchador incansable por su pueblo y, por ende, de todos los que vivimos en él, Manolo no era solo una persona: Manolo era la persona que por antonomasia a todos nos hubiera gustado tener por amigo.

Socialista por convicción,  honesto e íntegro por condición, Manolo es y será siempre la imagen viva del tesón y la búsqueda incansable de la veracidad, la sinceridad y la bondad.

Descansa, amigo Manolo, descansa en paz.